Los Sims



A partir de mañana me puedo considerar una chaquetera. Abandono mi compañía telefónica de toda la vida para poder adquirir un móvil específico, el de la manzanita plateá.

Ya han pasado 12 años desde que tuve mi primer "celular", aquél Nokia prehistórico que aún conservo, por sentimentalismo puro. Ahora ya son táctiles y no me extrañaria que lo próximo fuera la emisión de hologramas a tiempo real.

Ahora parece que toda tu vida esté metida en un mismo cacharro. Tu agenda, las fotos, la música, la receta del gazpacho... vamos, lo básico. La centralización vital en un mismo objeto llega a ser demasiado arriesgado. Hace unos años me robaron el móvil en una discoteca y lloré (tengo un testigo). Ea, ya lo he dicho.

Mañana tendré que pasarme el día leyendo el manual de instrucciones (actividad fascinante) y enterarme de lo más importante del teléfono: la instalación de aplicaciones.

Estoy buscando por internet si existe la aplicación del saco de la risa y no lo encuentro. Por favor, si sabes de su paradero, no dudes en conctactar conmigo. Si aún no se ha elaborado, animo a los programadores del mundo que hagan su versión.
Seguro que será tan popular que saldrá en los top trending topics de Twitter.


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